Entrar a una sala de cine es una especie de ritual, mejor en compañía y más si hay un balde gigante de crispetas, nunca se está seguro si lo que vas a ver hace parte de un fenómeno, algo que pasa mucho con los superhéroes, si va a ser sobrevalorada o si la olvidaremos al otro día.

Es casi imposible saber porque solo con el tiempo podemos dimensionar si es una gran cinta sobre todo en este momento en el que el cine es irrelevante. Por esa razón, entrar a un cinema para ver en pantalla gigante ‘El Padrino’ (1972) es toda una experiencia.

En mi adolescencia no leí, devoré el libro, luego en televisión pude ver la película, después en formato vhs y en aplicaciones otro tanto de veces, sin duda es una de mis favoritas y como es habitual siempre lamenté no haberla visto en una sala llena, con buen sonido y la mejor calidad de la imagen.

El texto comienza con Amerigo Bonasera en medio de un juicio, en la pantalla, él está al frente del Padrino y le pide justicia en la boda de su hija, sabe que no se puede negar y que mejor que este evento para conocer a todos los personajes, incluyendo a los enemigos.

Marlon Brando no se aprendió las líneas, las leía en el estudio o eso cuenta la leyenda, pero eso no es lo más curioso, lo que más sorprende es que los grandes jefes de la mafia lo trataban de imitar a él.

Ese poderoso hombre que maneja a los senadores, policías, prensa, gobernadores tenía principios, no a las drogas y esa negativa lo lleva afrontar una guerra sin tregua con el resto de familias.

Todos los personajes son ricos en matices: Hagen, Key Adams, ‘Fredo’ y ‘Sonny’ entre otros, pero sin duda él que mejor se transforma es Michael Corleone, así que solo mencionaremos a la maravillosa actuación de Al Pacino, un ser que tiene los ojos que pueden ser de un ángel o del propio demonio.   

Un héroe de guerra, más cercano a su novia que a su familia, de pronto se ve más comprometido que nunca a ser el nuevo padrino, pero los Corleone pasan su peor momento, más débiles, así que parece que nada saldrá bien.

Los años también nos dan la oportunidad de lamentarnos, es el caso de la música y no porque sea mala, sino porque la academia no le dio el premio ‘Óscar’, una de las principales injusticias históricas para el gran Nino Rota.

Otro hombre que creció con los buenos resultados es Gordon Willis más conocido como el rey de las tinieblas, el fotógrafo se caracterizó por la oscuridad de su iluminación, otro de los elementos que hacen de ‘El Padrino’ una verdadera joya.

Solo en un horario en la noche se pude ver esta maravilla del séptimo arte en las principales salas del país.