Colombia se caracteriza por ser un país que restringe el tráfico de las aletas de tiburón, y para ello ha sido de gran importancia el apoyo recibido por parte de la Armada Nacional, que han incautado más de 7.4 toneladas de recursos pesqueros extraídos de forma ilegal en el Pacífico colombiano.

Esta labor se vio reflejada el pasado domingo, cuando la autoridad confiscó una tonelada de tiburones mutilados que eran transportados en una embarcación en la provincia de Chocó. Al interior del barco, los agentes encontraron mediante una inspección detallada un saco con 89 aletas y 114 ejemplares de tiburón cuyo peso total fue de 904 kilogramos.

Luego de lo sucedido, las autoridades ambientales están realizando investigaciones para determinar las acciones jurídicas contra los tripulantes.

Por otra parte, la ministra de Medio Ambiente, Susana Muhamad se manifestó frente al hecho y agradeció la presencia de los guardacostas de la Armada. "Es un tráfico ilegal de fauna gigantesco en el mundo que tenemos que controlar, pero también mediante la educación ambiental", afirmó.

A pesar de que esta es una especie protegida y cuya pesca artesanal o industrial se encuentra prohibida en Colombia, de acuerdo con el comandante del Grupo Guardacostas del Pacífico, capitán de corbeta Juan David Rendón, este tipo de pesca se sigue presentando de manera regular.

De acuerdo con la Ley 2111 de 2021, de delitos ambientales, tipifica el tráfico de fauna como un delito con una pena de prisión de 60 a 135 meses. La exportación o comercialización de aletas de tiburones es un agravante que incrementa la pena de una tercera parte a la mitad.