La canción dedicada a su amiga Valentina Gasparini, cuya muerte le dejó muy afectado y a quien describe como "una joven violinista talentosa que, aunque ya no está físicamente aquí, sigue estando. Quiero que sepas que desde que te fuiste, me empezó a salir el número 313 en todos lados: en las habitaciones de hotel, en el teléfono, en los relojes, en el microondas, en las direcciones, en todos lados. No sabía que el número 313 estaba conectado contigo", aseguró Residente.

Tanto en la canción como en el vídeo participan Penélope Cruz y Sílvia Pérez Cruz. La actriz recita unos versos que hablan sobre el paso del tiempo: "Todo lo que empieza en algún momento deja de existir. Por eso hay que vivir sin perdernos nada, desvelados, sin pestañear". El rapero y la cantante repiten en la parte final de la composición: "Y no quiero que se acabe, eres tanto que no cabes".

El clip fue grabado en el Palacio Real de la Granja de San Ildefonso (Segovia). La pieza presenta una historia sobre la conexión entre las personas y la fugacidad de la vida.

Varios bailarines, dirigidos por el coreógrafo Juliano Nunes, se unen en las imágenes flotando en el aire, simbolizando que están congelados en el tiempo. Una ventana flotando en el aire le dan vida a Penélope Cruz, quien queda inmóvil en su espacio hasta que una docena de bailarines comienzan a emerger de su cuerpo. Poco a poco, se mueve, gracias al tiempo. Los bailarines, por su parte, representan el tiempo.

La canción forma parte de Las letras ya no importan, el nuevo disco de Residente, publicado el jueves 22 de febrero.

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