El relato gira en torno a una niña que corre tras una estrella, ella nos guía por calles sin nombre, entre la niebla y frailejones. Su papel es revelarnos las diferentes caras del amor: La madre, la tierra, la raíz, la amistad, la pareja y el recuerdo.

Su escenario se esconde tras el gran tesoro de la Bogotá rural. La localidad de Usme y sus 17 veredas son protagonistas de los nueve minutos de este documental.

“El corto nació de una convocatoria distrital, fue ganador y representa a la localidad de Usme en la colección ‘Sinfonías dé Bacatá’. Decidí hablar de la zona en la que he vivido toda mi vida y que siempre me ha confrontado “, contó Erika Piragauta, directora del corto, en los micrófonos de ‘Amantes del Círculo Polar’.

La directora Erika Piragauta, retrata una de las partes más profundas de su vida a través de la niña de tres años que se pierde y busca una estrella. En medio de esta aventura, eleva al espectador por el vértigo que produce la vastedad del mundo, pero también por la resiliencia y el saber que más adelante todo estará bien. 

Además, viaja por el Páramo Sumapaz, el más grande del mundo y uno de los tesoros más preciados para los usmeños, recordándonos que la vida inicia a pocos minutos de la gran ciudad.

“’Usme. Amor, tierra y vida’, es una declaración de amor a una tierra (Usme) que resulta no ser el culo, sino el corazón mismo del mundo, el recordatorio de que todo viene del páramo y todo, tarde o temprano, a él regresa. Un homenaje a ese impulso que nos llama por nuestros nombres y apellidos desde más allá del horizonte, a ese viento que nos hala del corazón y nos pone un par de alas”, agregó Erika.

Al final, este corto deja una gran invitación para que cada persona que lo vea salga en busca de su propia estrella. Recordando que somos apenas instantes, que las cosas queridas no son más que estaciones y que partir, es siempre, otra forma de quedarse.

Por: Anggie García.